El gobierno francés anunció penas más duras contra los agresores de policías, ante el aumento de los actos violentos contra esos agentes.
Según informó DW, el primer ministro, Jean Castex, destacó en un comunicado que el periodo mínimo de cumplimiento en el caso de la cadena perpetua se extenderá hasta los 30 años, frente a los 22 actuales, así como que se impondrá un límite «estricto» a la posibilidad de reducir las condenas.
Tras su reunión con representantes sindicales de ambos cuerpos, avanzó también que las agresiones contra las fuerzas interiores de seguridad serán «delitos específicos reprimidos con mayor dureza», y que en cada fiscalía habrá un responsable encargado de «mejorar la respuesta penal» en ese tipo de casos.
A las fiscalías se les pedirá también una «firmeza estricta» en el tratamiento de esas agresiones y un juicio rápido a sus respectivos autores.
Estas medidas serán sometidas a la validación del Parlamento en el marco de textos que se están examinando actualmente o dentro de un proyecto de ley específico.
El 23 de abril, otra policía falleció tras haber sido acuchillada en la comisaría de Rambouillet, en las afueras de París, por un individuo de nacionalidad tunecina, y hoy mismo un policía fue herido con arma blanca por una mujer que falleció al ser disparada en defensa propia, según fuentes policiales, por un compañero del agente.