La jueza especializada Lici Sánchez fue tajante al señalar que las normas jurídicas no deben ser ambiguas, sino claras, para evitar que los magistrados tengan que interpretar las leyes al momento de ser aplicadas.
La magistrada señaló que, si se permite la entrada de la duda por falta de claridad en la redacción de la ley, queda a cargo de cada juez aplicar la norma con base en su interpretación, lo cual no debería ocurrir si las normas son claras y específicas.
Remarcó que es sumamente relevante que, al momento de redactar las normas, estas tengan una claridad tal que evite cualquier interpretación del texto.
Mencionó que los jueces son los encargados de aplicar la norma, la cual muchas veces debe ser interpretada debido a los defectos que posee en su redacción.
“El secreto está en la claridad de la redacción de las normas jurídicas. En la medida en que seamos claros, concretos y precisos, estaríamos evitando la interpretación en la aplicación de la ley”, sostuvo.
Agregó que los magistrados son custodios de la ley y forman parte de un órgano de aplicación de la misma; por ende, esta debe poseer un nivel de claridad óptimo para no dejar margen a la interpretación del juez al momento de emitir un fallo.